CAJAS

SARATUSTRA.
A veces necesitamos pruebas, pruebas de que estamos aquí y que se nos quiere, porque somos unos descreídos. Los montones son pruebas, a mí los montones me gustan. Una tipa de la tele dijo una vez: quien no es capaz de ordenar sus bragas, no será capaz de ordenar su alma. A veces yo también los miro y siento mucha angustia, los miro con impotencia y escucho que me ruegan que los encierre en cajas, porque con tanta luz no pueden dormir, y ya se sabe lo puñeteros que son los montones que no descansan. Les hago caso, y de pronto me quedo sin pruebas: ¿y ahora cómo voy a volver a inventarme todo lo que se ha ido? Ya no puedo tocar lo que construyo, y les quito la tapa de la caja para que me inunden la vida, pero la verdad es que los montones tienen el sueño bastante pesado. Una tipa de mi vida dijo una vez: no hemos llegado a ser amigas del todo porque no hablamos en serio, siempre nos vemos borrachas o rodeadas de gente. Si hubiéramos estado solas, le habría dado una torta con bien de ganas. Yo tendré las bragas revueltas, pero tu caja nunca ha tenido tapa, si no estás despierta es porque eres una ceporra.
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Siempre duermo con la persiana subida, por eso a veces amanece y no me doy cuenta hasta que el sol no me da en la cara. Tu post me llega como un rayo.