Peña Mora (la de la foto)


Saratustra.
Hoy, después de mucho tiempo sin escribir nada y dejando el blog totalmente en manos de mi co-blogera, me había propuesto escribir otra de mis experiencias al borde de la muerte, y no he podido. Siempre que he tenido penas moras me he reído, y con ganas, de todo lo que las ilustraba. Es recordado lo bien que lo pasamos en el funeral de mi madre, con esas acampadas/botellonas que hicimos en el "tana" y en el "crema". Ahora estoy cansada, estoy atascada, he elegido estar sola y supongo que para bien, pero me he agotado de tanto hablar y analizar, hablarme y analizarme, y estoy tan harta de hablar conmigo que ya no me hago gracia. Todo pasará, cómo no, pero son muchos años retrasando el momento de la catarsis y ahora no tengo fuerza ni para explotar. Sólo coso vestidos viejos, como pipas y busco olores que me despierten una sensación clara y distinta, para que alguien decida algo por mí, aunque sea mi nariz. Mira, aquí se me había ocurrido un chiste, no está todo perdido.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
guarda tus penas en el fondo del morral......y rie ya...ponte contento y asi vencerás la dificultad!!!
arriba la saramovil!
Benjuí ha dicho que…
Las penas son parte da la cocina de la vida: unas veces hay que guardarlas en el fondo de la despensa y otras echarlas a la sopa y cenárselas.

Es sano.

Entradas populares de este blog

La cabra, la cabra.

La Virgen de las Angustias, cultura trap y mi semana de pasión.

HUEVOS EN FÁRFULA