Algunas escaleras se suben. Otras se bajan. Unas llevan lejos, otras son un viaje a ninguna parte. A veces uno no es capaz de distinguir si está subiendo o bajando, pero cualquier día la escalera se termina y da igual cuanto hayas subido o bajado. O no da igual. Qué sabemos.
Hoy me he levantado al pie de una escalera de peldaños cortos y cómodos. A media mañana y de repente, se ha retorcido y se ha transformado en una de caracol, que me ha llevado a otra escalera, esta vez muy alta y de tijera, siniestra. La más siniestra que había visto nunca. La he subido con estupor, la he bajado con cuidado y la he dejado atrás.
He pasado el resto del día subiendo y bajando a pasitos cortos por la escalera de peldaños cómodos de por la mañana que, a última hora de la tarde, me ha llevado a una escalera mecánica que poco a poco a ido perdiendo inclinación para convertirse en una cinta transportadora.
Buen viaje Carlos, explicabas muy bien las escaleras.

Comentarios

Provinciana ha dicho que…
Viajar del modo más completo del mundo, en cualquier lugar del mundo, deja de ser posible. Ha sido todo un privilegio. Gracias.
Anónimo ha dicho que…
Vuelveeeeeeeeeeeeeeeeee

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