LITTLE MERMAID

SARATUSTRA.
Pues sí, de adolescente me flipé con la sirenita. Cuando ví su melena roja ondeando baaaajo del maaar, tuve una revelación: yo era pelirroja, y nunca me había dado cuenta. Evidentemente, siempre lo había llevado dentro, pero había nacido en el cuerpo de una morena y ya se sabe, la naturalidad está sobrevalorada, aunque ese lastre mental también me lo sacudí pronto. Tras muchas peleas con mi difunta madre (decir difunta lanzando un beso al cielo), a los 18 exactamente me dejó teñirme el pelo, el mismo día en el que me llevó al bingo. Sorprendentemente, mi primer tinte fue morado (edad jodida, proclamo...), pero enseguida entré en razón y me planté un buen melenón pelirrojo. Y así sigo.
Cuando he tenido crisis chungas siempre he creído ser rubia, por que te da un no-sé-qué que te crees con más derechos y te vienes arriba, te eriges en falso ídolo y exiges que se te idolatre. Sólo diré que en mi última rubiez decidí que no pagaba una copa, y fue muy fácil. Gran actitud, pero al final el ser sintético y verdadero se impone, y mi naturaleza contranatura sale a la luz. Pestañeos, was-was melena roja, es el poder. La Junta debería financiarme los tintes.
Comentarios
melena roja de libertad :)
como dice Ariel
"regalitos asi tengo miles...
quiero explorar el exterior"
(jiji me encanta la sirenita)