Cosas que me gustan mucho y hago poco: el vermú

Y lo hago bien poco, con lo que me gusta. Lo bebo poco, y lo vivo poco. Pero cuando me lío, me lío.
Me gusta levantarme no muy tarde, dejar el cocido preparado, ducharme y pintarme el ojo. Coger el coche e ir hasta el pueblo de al lado. Allí viven mis primos, los reyes de la noche. Si hay suerte y no llegamos muy tarde puede que aun no se hayan recogido. Pero si no, da igual, porque su hermana, la reina del vermú, sale a cogerles el relevo. El caso es que llegue a la hora que llegue tengo un primo o dos dispuestos a darme de beber. Y el resultado es siempre el mismo: me toca volver a casa por el camino del río, a las 6 de la tarde y como un cesto; y el cocido se queda para comer el lunes. La siesta correspondiente es gloriosa.
Recuerdo grandes vermús en mi vida, siempre ligados al exceso: panzadas de gusanitos, gominolas y mosto en el casino de Sinfo cuando era pequeña. Gambas cocidas a tuti plen con cocacola, con mi madrina en la preadolescencia. Zuritos reconstituyentes hasta espantar la resaca en las fiestas del pueblo, en la postadolescencia. Aun recuerdo el susto que se llevó mi amiga Marian la cazallera cuando le dije que habíamos quedado a tomar el vermú: "quillaaaa, y yo me tengo que bebé esooo, ca mi no me guhhhtaaa, yo soy má de servesitaaa".
Y es que lo bueno del vermú es que cualquier cosa que quieras tomar está bien vista, el tiempo se detiene: es domingo pero parece sábado, y si lo tomas en sábado el fin de semana se alarga como un chicle (o como un calamar a la romana, para ser más propios).
Un día de estos me cobro lo que me debo y me voy a la Latina como los modernos, a hincharme a mojitos con las chatis, ¿te apuntas?
Comentarios
Vermut con aceituna.......... y sus papas bravas!!!
cervezcita, tinto o vermut con unas tapitas y un puñado de buenos amig@s, si acompaña el buen tiempo mejor que mejor. se puede dar el caso de que involuntariamente se dilate hasta horas intempestivas... o finalice con una más que merecida siesta.
qué bueno!!
salud-saludos