Bambino, por siempre.
No me digáis que no es un exceso, un temazo de todos los tiempos, con una interpretación soberbia que una quisiera imitar desde las entrañas.
Casi dan ganas de tener desengaños para llorarlos con Bambino, de llevar una vida de tormento y anfetaminas por los burdeles del Madrid de mediados del siglo pasado.
Yo me lo pongo mucho para cocinar, pero sin abusar que luego se me agria el caldo.
Yo me lo pongo mucho para cocinar, pero sin abusar que luego se me agria el caldo.
(A mi padre no le gusta, pero está dispuesto a asumir que es un grande, eso sí.)
Comentarios
Handry no es tan arrebatado, pero le reconozco un "aire".