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amor amor

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no hay muchas ocasiones heroicas para demostrar el amor. cuando queremos activamente a alguien sentimos un resquemor que nos pide una exhibición, que nos pregunten, o que nos emborrachen para dar al interfecto una buena brasa sin remordimiento. como los eventos propicios no abundan, nos agarra la abstracción de querer ser mejores. a mí me vale con ampliar mis perspectivas. no hay nada en el mundo que me arrastre más que la pasión por criticar, no puedo simplemente callarme y dejar ser a las cosas por debajo de su nivel; así que el hecho de querer dar oportunidades, interesarme por lo que no me gusta a través de los ojos de los amados, me parece un gran sacrificio. Hay dos ejemplos: el amor por transferencia y la revalorización de naderías: Cómo no va a gustarte esa tercera persona que forma parte del amado? o Cómo no buscarle un nuevo color a esa extraña afición de tu sujeto? Alguien a quien quiero me habló de su fijación por las tiendas de ropa de trabajo, y desde entonces estos escap...

Moscas

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LAS MOSCAS A un panal de rica miel cien mil moscas acudieron, que por golosas murieron, presas de patas en él. Otra dentro de un pastel enterró su golosina. Así, si bien se examina, los humanos corazones perecen en las prisiones del vicio que los domina. Samaniego

Para una noche de insomnio, genial Sendak

Noche de San Juan

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Dicen que esta noche es buena para recoger hierbas, mirar a través de las puertas que se abren, aguzar los oídos y escuchar historias, hacer cruces en los árboles o cantarle a las plantas para que multipliquen su fruto. Es noche de fuego, pero también de agua, de aire y de tierra. Es noche para andar descalzos, salir a bailar con el canto de los grillos. O para acostarse como si fuera la última. Haz lo que quieras esta noche, pero rápido, que será muy corta.
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via egoinstant

Cervezas templadas

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Compartir cervezas templadas sentados en un escalón teje amistades eternas. Amistades eternas que se disipan con el amanecer. Cuando no se respeta el rimo que hace que los días se sucedan unos a otros, la madeja del tiempo se convierte en maraña y enreda todo lo demás: las palabras pronunciadas y las no dichas, las miradas de reojo y las que llegan de frente, las sonrisas y las carcajadas. Aunque, algunas veces, a la luz del día y con el ritmo retomado, uno encuentra un hilo en la manga de su chaqueta y, al tirar, da con la maraña. Tirando, tirando, hace un ovillo y descubre que, sentado en un lugar más cómodo y con una cerveza ésta vez bien fría, las cosas se ven de manera diferente. Quizás más claras, o puede que más oscuras, no se. Aun me debo algunas horas de sueño, ya tiraré del hilo si es menester.

La más grande

Tan dramática, tan excesiva, tan genial...