Canciones que no le gustan a mi padre. La Mala Rodriguez.



Corría el 2003. Ella cantaba como el culo pero le sobraba actitud.
Sus colaboradores tenían infinitamente más flow que ella, pero ella estaba muy buena.
El disco sonaba perro y malo, las letras no se entendían pero yo me las aprendí todas.
Me acompañó en largos viajes a Zaragoza, y algunas canciones me recuerdan cosas, a parte de las horas intentando aparcar por las inmediaciones del hotel Romareda y las obras del AVE colapsado la cuidad. 

Por supuesto el exitazo fue Tengo lo que tú quieres. A todas las chicas nos gustaba, muchas quisimos despelotarnos a su son emulando a Paz Vega en Lucía y el sexo, con esa faldita tannn mona. Pero a mí siempre me recordará a una noche de fiesta en Salamanca, en la que vi como una pareja de gaditanos se miraba con una complicidad que echaba chispas y me hizo rabiar de envidia. Ya ves. Esos dos creo que hoy todavía se quieren. 
También me recuerda a otra mala a la que, cuando se encabronaba, le daba por limpiar. Mi marido se sigue preguntando por ella, la mala de Gamonal. 
Me recuerda a los locos años de mi hermana cuando estudiante. Y aquél concierto en Segovia donde ella, la Mala María, estuvo horrorosa y, de nuevo, le levantaron el bolo los colaboradores. En particular una negra diminuta que no se quitó la capucha en todo el concierto y bailaba como los ángeles. No pude dejar de mirarla. Hay que ver, lo que me gusta una capucha, oye. 
Esta canción, creo, no le gustará a mi padre.

Comentarios

Provinciana ha dicho que…
Son todo recuerdos, yo me suelo poner a La Mala en casa, cuando no hay nadie. Y la llevo de politono, ayy los tonos.

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