Retomando antiguos placeres

La maleta llena de camisetas limpias, el pelo recién lavado, los vaqueros más gastados y la sudadera de los domingos.
El depósito lleno a rebosar, la calefacción bien encendida y un montón de cedés en el asiento del copiloto.
Y largas carreteras nacionales surcando un páramo casi helado. Cielo azul sembrado de nubes grises y, al fondo, un claro de sol que brilla contra el cristal de mis gafas nuevas.
Cientos de kilómetros por delante. Para cantar, para fantasear, para charlar conmigo misma y mis incontables y viejos amigos invisibles. Para crear y recrear pensamientos, para recordar sin cordura.

Comentarios

Predilecto ha dicho que…
Este texto creo que consigue perfectamente transmitir esa sensación de felicidad que sentias. Hay algo especial, casi místico, en cada viaje que comienza.
Provinciana ha dicho que…
chica no vayas a dar en tonto
Anónimo ha dicho que…
esto que escribes si no fuese verdad sería un anuncio de tv de algo interesante...
espero que sea verdad porque suena bien, muy bien.
y si no te haces publicista
buen viaje
salud-saludos
buenisimo plan
si aceptan copiloto un poco puesta
(pero q sabe leer mapas)
me postulo.

Entradas populares de este blog

La cabra, la cabra.

La Virgen de las Angustias, cultura trap y mi semana de pasión.

HUEVOS EN FÁRFULA