Miedo

Ahora compruebo que, si no se me ha pasado ya, puede que nunca se pase. No hablo de miedecitos, no, hablo de ese MIEDO que da calambre, que hace que se te aflojen las extremidades y te entre por las tripas una cosa que se parece al vértigo. Luego, cuando amaina, el cuerpo se queda como si tuvieras ardor de estómago en los músculos. Es ese miedo que tenemos de pequeños, ese que alguna vez pensé que desaparecería para siempre.
Sí, ya se, todas esas sensaciones se deben a una descarga de qué se yo que sustancia, que es una herencia animal para salvarnos del depredador, pero da miedo igual.
Aguarda agazapado esperando un bofetón de realidad que lo despierte. Porque ese miedo no se despierta con peliculitas, ni con sustos ni historietas: es una bestia que se alimenta de realidad.
Comentarios