Esta mañana me la he pasado leyendo el BOE en pantalla, eso quiere decir, sin la triste ayuda de un fosforito con que iluminar tan oscuro panorama. Lo peor es que lo he hecho casi por vicio. A penúltima hora me he levantado y he ido a la cocina a husmear en el frigorífico. Allí me he encontrado a una tribu entera de Oompa Loompas. Capitaneados por Ángeles Gonzalez-Sinde (impecablemente vestida, como siempre) pelaban alcachofas y limpiaban champiñones. No me he sorprendido demasiado. Me he quedado apoyada en el quicio de la puerta escuchando su canción: hablaba de grasas saturadas y de las sobras de la barbacoa del domingo, de los kilos de más y de las dietas milagro, de la bicicleta estática que coge polvo en el trastero y de mi inmenso trasero. Ellos son así, de cualquier cosa hacen un temazo. Cuando han terminado su inefable coreografía, he abierto el frigorífico y me he zampado sin piedad las chuletillas y la careta que guardaba en un plato de chapa desde el domingo. Luego me he lim...